martes, 19 de marzo de 2019

Oratorios de la Santa Cueva y San Felipe Neri 1 de diciembre de 2018


ORATORIO DE LA SANTA CUEVA



          El Oratorio de la Santa Cueva está formado por dos capillas: la baja o de la Pasión y la alta dedicada la Santísimo Sacramento. Se construyó a expensas del venerable sacerdote Don José Sáenz de Santamaría, marqués de Valdeiñigo. 

        El oratorio fue consagrado al culto por el obispo Antonio Martínez de la Plaza en 1796, es uno de los máximos exponentes de arquitectura neoclásica religiosa en Andalucia. Es obra de los arquitectos Torcuato Cayón y Torcuato Benjumeda. 





     Este oratorio es de finales siglo XVIII consta de dos estancias, una subterránea o capilla baja de mayor austeridad y recogimiento, con un calvario de Madera Policromada obra de Vaccaro y Gandulfo.




    






     El promotor del oratorio, el sacerdote José Saénz de Santamaría enriqueció el templo con una pieza musical que acompañaba en la mañana del Viernes Santo, la predicación de las siete últimas palabras de Cristo. Encargó dicha pieza a Joseph Haydn,  que la tituló Las Siete Últimas Palabras de Nuestro Salvador en la Cruz.


    



  


  




   La Capilla alta o sacramental ofrece, por su riqueza decorativa, un intencionado contraste con el ámbito penitencial, donde destaca sobre manera el templete. Fue concluida en el año 1796 y es obra de Torcuato Benjumeda, que concibió un espacio unitario de planta oval siguiendo la tradición manierista.


      





















 
     En la parte superior de este espacio destacan por su importancia artística los lienzos de medio punto, de los cuales tres de ellos son obra de Francisco de Goya, que representan la multiplicación de los panes y los peces, la parábola del invitado a la boda y la Santa Cena; en lo que se considera uno de los conjuntos de temática religiosa más logrados del artista aragonés.






El Ministerio de Cultura lo declaró Monumento Histórico-Artístico de carácter Nacional en 1981. 


ORATORIO DE SAN FELIPE NERI



         Este templo, que perteneció al primitivo oratorio de filipenses, fue comenzado en 1688 según trazas del alarife Blas Díaz, inaugurándose en 1719. Posteriormente, en 1764 la cubierta fue reconstruida y ampliada debido al daño sufrido por el maremoto de 1755. El exterior del templo se articula mediante pilastras jónicas entre las que se disponen numerosas lápidas dedicadas a los diputados doceañistas, colocadas en su mayoría en el año 1912 con motivo del primer centenario de las Cortes de Cádiz.


         El Oratorio tiene planta elíptica, a la que se abren siete capillas de planta rectangular, cubiertas por bóvedas de cañón y profusamente decoradas. Entre ellas sobresale la del Sagrario, que posee un destacado retablo barroco del siglo XVIII de origen italiano realizado en mármoles de colores, y que se encuentra presidido por un crucificado de madera policromada también de origen italiano.







    






















    
 En el interior destaca también el retablo mayor, obra del siglo XVIII de estilo rococó elaborado en madera dorada y presidido por un lienzo que representa la Inmaculada Concepción, obra del afamado pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

           Además de su interés artístico cuenta con un especial significado histórico por haber sido sede de las Cortes que elaboraron la primera Constitución Española en 1812.


FIN DE LA VISITA

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