miércoles, 3 de abril de 2019

La Ciencia también existe

El jueves pasado, tomando café con Manuel y algunas compañeras del curso, les comenté que echaba de menos alguna asignatura de ciencias. Las asignaturas que tenemos este curso son “contemplativas”, de dejarte llevar. Te cuentan una historia, un relato: escuchas, imaginas y sueñas. Simplemente te transportas en el espacio y en el tiempo, sin esfuerzo por tu parte.
Reconozco que a mí me gusta investigar. Cuestionar y cuestionarme. Preguntarme el por qué, el cómo, el hasta dónde. Llegar a la esencia de las cosas. No hablo de descubrir, inventar o diseñar, con letras mayúsculas. Tan sólo de encontrar respuestas lógicas a preguntas simples. Yo creo que la palabra que resume todo esto es “comprender”, tener curiosidad. Os voy a poner un ejemplo. ¿Os habéis preguntado alguna vez cómo es el sistema solar?. ¿Cómo de grande es?. ¿Cómo se distribuyen los planetas en el espacio?.
Hace unos días, leí un artículo sobre una de las últimas misiones espaciales de la NASA. “Ha llegado a Marte la nave que transporta el robot Curiosity, después de un viaje de ocho meses. La velocidad del viaje fue de 12.000 km/h y la distancia recorrida entre la Tierra y Marte es de 78.400.000 km”. Cuando uno lee estos datos, uno se aturde. No soy capaz de imaginar estas distancias ni velocidades. La única solución es encontrar una escala que podamos comprender.



Esta es la típica imagen del Sistema Solar que todos hemos visto alguna vez, pero tiene truco. Las proporciones de tamaño de cada uno de los planetas y del Sol son correctas, pero la distancia entre ellos no tiene nada que ver con la realidad. Os voy a presentar dos tablas. En una veréis los diámetros de cada uno de los planetas y su distancia al sol. En la otra, con una escala para poder imaginar las distancias y los diámetros.
















  ¿Alguien se puede imaginar una esfera de 120.000 km de diámetro, que es el caso de Saturno? Y ¿una distancia de 228.100.000 km, que es lo que separa a Marte del Sol?. La única forma es “escalar”. He hecho una escala muy sencilla. En la distancia al sol, he dividido por 1.000.000.000 todas las cifras, y luego lo he expresado en metros. Los diámetros he hecho lo mismo, pero luego lo multiplico por 100 para expresarlo en centímetros. Ahora son medidas que podemos imaginar porque, ahora sí, las podemos comparar con cosas conocidas, las podemos “tocar”. El diámetro del Sol ha pasado a ser 140 cm, es decir, como si a un Seat 600, le quitas el capó, la parte delantera. Pues ese será el tamaño del Sol. En esta escala, la Tierra será como una canica, Mercurio como un guisante y Saturno como un balón de balonmano. Entones, ¿cómo será el Sistema solar?.
Para comprenderlo, nos vamos a ir al principio de la Avda. de Andalucía, al seto triangular que separa las dos calzadas, frente al edificio de Hacienda. Ahí colocaremos el Sol, recordar que es más pequeño que un Seat 600. Nos dirigimos dirección Cortadura y a 58 m de donde hemos ubicado al Sol, depositamos un guisante (0,5 cm), Mercurio. Seguimos andando, y a 108 m del Sol, dejamos en el suelo una canica de 1,2 cm, Venus. Continuamos hacia Cortadura y a 150 m ponemos otra canica, la Tierra y así seguiremos. A 228 m del Sol dejamos un garbanzo de 0,7 cm, Marte. A 778 m un balón de balonmano 14 cm, Júpiter. A 1.430 m (principio del antiguo cementerio) ponemos otro balón, Saturno. A 2.876 m (campo de fútbol) situaremos una pelota un poco más pequeña de una de tenis, 5 cm, Urano y, finalmente, a 4.506 m, en el Chiringuito Nahubeach situaremos otra pelota similar, 4,5 cm, será Neptuno.


Bueno, ahora sí podemos imaginar algo. Primero, que la Ley Gravitación Universal existe y funciona. Con estas distancias (imagina el Seat 600 en Puerta de tierra y la pelota de tenis en Nahubeach) la atracción entre el Sol y Neptuno es suficiente como para que continúe en órbita, y sin separarse uno de otro, desde hace más de 4.000 millones de años. Otra cosa son las distancias. Son medidas titánicas. La nave que enviamos a Marte para transportar al robot Curiosity, tardó 8 meses en llegar, y viajó a 12.000 km/h. La sonda espacial Voyager 1 fue lanzada en junio de 1977 y sobrepasó la última órbita planetaria en junio de 2018, es decir ha tardado 35 años en llegar, viajando a 30.000 km/h. Pero no llegará a los confines del sistema solar, donde hay una nube de asteroides, hasta dentro de 300 años.
Con estas escalas, ahora sí, intenta imaginarte esas órbitas y distancias en Puerta de Tierra. Elimina mentalmente las casas, la tierra, el mar y rodea todo del espacio, oscuro e infinito. Entre los planetas está “la nada”. Para mi es tan “sobrecogedor” como escuchar la Sinfonía Nº 6 Pastoral de Beethoven.

Gerardo




2 comentarios:

  1. Gracias por hacernos mas "asequible" el esquema del sistema solar. Muy interesante y mucho trabajo.

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